martes, 6 de noviembre de 2018

UNA CASA MODERNISTA



Hace unos días, una amiga me invito a ver su casa. Situada en pleno centro de Cartagena, antigua zona de máxima categoría de la ciudad hacia principios del siglo XX, era la “zona bien” donde  ricos mineros en plena época modernista edificaban sus casas, casas hermosas y extensas, en las que se empleaban todos los adelantos técnicos de esos años y la última moda en mobiliario y objetos artísticos, además de  ricos materiales en la construcción y decoración.

Acepté su invitación con sumo agrado, pues para mi era un privilegio poder contemplar una vivienda de esas características, conservada a través de los años con tanto esmero por sus habitantes, un matrimonio encantador y amabilísimo.

Estamos acostumbrados en nuestra ciudad a ver cotidianamente esos edificios modernistas, casas-palacios, bellisimos y espectaculares. Nuestra mirada se va sola hacia ellos al pasear por las calles mas céntricas, sin embargo, son pocos los interiores conservados y visitables, así que al entrar a casa de mi amiga y su marido, lo hice con la emoción y la curiosidad de quien va a ver algo excepcional.

Pasando el umbral de la puerta principal, un gran espejo del siglo XIX nos recibe y según su dueña, situado ahí, por su tamaño, al no poder traspasar el segundo umbral o puerta de acceso a lo que realmente es la casa. Un pasillo transversal al primero, nos lleva, a su izquierda, a una sala y distribuidor al mismo tiempo, donde una gran cantidad de cuadros, hermosas fotografías  de mi amiga, cuelgan de sus paredes, al igual que una gran colección de preciosos abanicos antiguos, algunos de ellos curiosísimos, y todos bellamente enmarcados.

La casa esta conservada en todo su aspecto original, suelos preciosos de autentica cerámica de Nolla, que pavimentan cada estancia de diferentes formas y colores. Todos conservados con esmero, pues no hay duda de que su valor y calidad es conocido por nuestra anfitriona. Los especialistas en el tema modernista de nuestra ciudad, desconocían la existencia de esta cerámica en Cartagena  hasta hace muy poquito tiempo.

Al igual que las descripciones que nos hace Pérez Rojas sobre la casa burguesa en Cartagena, en su libro “Cartagena 1874-1936 (Transformación urbana y arquitectura), los dormitorios, se comunican uno tras otro y mediante unos vanos, situados en la parte superior de la pared, se hace pasar la luz y ventilación.

El mobiliario, regio y modernista, herencia sin duda de sus antepasados, bisabuelos, abuelos, padres, e igualmente cuidados con esmero para preservarlos del paso del tiempo. Muchos de los objetos que decoran la vivienda, son herencia venida de Filipinas, pues su bisabuelo materno, ocupó un puesto de gobernador político-militar en dichas islas, falleciendo él y su esposa de cólera muy jóvenes y dejando huérfanos dos niños de corta edad, uno de ellos el  abuelo materno y primer dueño de la casa donde nació y vive nuestra anfitriona.
Esta es una historia verdaderamente curiosa, pues a través de los años, los relatos sobre la vida de los bisabuelos en Filipinas se han ido transmitiendo en su familia como un precioso recuerdo y homenaje a esos antepasados, lejanos en el tiempo, pero cercanos, como una especie de leyenda familiar, y al mismo tiempo de historia de verdaderos héroes nacionales… “Los últimos de Filipinas” o casi, aunque ellos fallecieran unos años antes.
No podría aquí detallar todas las estancias de la casa, pero especialmente una sala me impresionó por su conservación y belleza del mobiliario, y  donde mejor se conserva la preciosa cerámica de Nolla. El tiempo parece haberse detenido en esos años de comienzo del siglo XX. Los adornos, cortinas, cuadros etc. son de un gusto exquisito para esa época y para la nuestra, pues hoy en día pocas viviendas podrían llegar a ese nivel.



Una curiosidad que si puedo contar, es que nuestros anfitriones tienen un gato, precioso por cierto, y llamado Michael, en honor al gran cantante del pop, Michael Jackson, pues mi amiga ha sido y es, una gran admiradora de su música. Así se puede ver que la tradición y la modernidad, que el pop y el modernismo, no están reñidos, porque la calidad, en música, en arte, y en estilo de vida, siempre prevalecerá, aunque pasen cien años.

Muchas gracias por vuestra hospitalidad.



4 comentarios:

  1. Muchas veces me han hablado de esa casa y siempre me ha surgido la misma pregunta ¿realmente viven en ella? ¿se puede ser una persona normal viviendo rodeada de toda esa belleza? Para mí me resulta una joya para ser visitada y admirada ¿pero se puede en el siglo XXI vivir rodeada de tanta belleza y salir a la calle y relacionarse con el resto del mundo?

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  2. Águeda: olvida decirte ¡enhorabuena y felicidades por haber podido disfrutar de esa visita!

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  3. Agueda,me alegro mucho que hayas tenido la ocasión de visitar esta casa Modernista de nuestra ciudad. Por la buena y detallada descripción qué de ella haces,veo lo mucho que te ha impactado,y no es para menos. Hace tiempo tuve también la suerte de visitarla y me encantó,así como el gran cariño y dedicación que su dueña pone en la misma,para conservarla en el tiempo. Es de valorar el bonito trabajo que has hecho sobre su historia.👏👏👏

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  4. Muchas veces he visitado tu blog ,para ver si habías escrito algo más desde los inicios del verano.
    Pensativa y ansiosa me decía : no, no hay nada más.
    Y es que eres tan meticulosa que esperas encontrar algo que verdaderamente guste leer.
    Eres experta en temas cartageneros que expones como nadie y la descripción que nos muestras de esa casa modernista es buena prueba de ello.
    Perdonen la extensión del comentario ,pero creo que es merecido.

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