domingo, 18 de mayo de 2025

EN HONOR A LA NOCHE DE LOS MUSEOS

 


Hace poco más de dos años que empecé a escribir en este blog, una historia sobre un personaje que viajaba en el tiempo… o quizás soñaba, como queramos verlo. Lo titulé: “QUIZAS FUE UN SUEÑO”

 Este personaje, ha estado viajando a través  de los siglos, por las etapas más importantes de la historia de Cartagena. Como todos sabéis, este blog está especialmente dedicado a esta ciudad, de la que creo saber un poquito, y a la que creo conocer bien.

 Mi ciudad, donde nací y habito, es una de las más maravillosas de España, incluso me atrevería a decir del mundo mundial. Seguramente pecar un poco de “chauvinista” no es tan grave, porque esta ciudad se lo merece. Una urbe del tamaño en extensión como Cartagena, me refiero a lo que es el centro urbano,  que no es muy grande, y que en ese espacio contenga:

 

Más de diez importantísimos museos, uno de ellos Nacional, ARQUA, M. TEATRO ROMANO, M. NAVAL, M. HISTORICO MILITAR, M. DEL FORO, M. ARQUEOLÓGICO MUNICIPAL, M. DEL VIDRIO, M. ETNOGRAFICO, M. DE LA GUERRA CIVIL, M. MITI, MURAM, (arte moderno). En proyecto CASA MUSEO DE ISAAC PERAL.


 Varios centros de interpretación. El de la ciudad, CASTILLO CONCEPCIÓN, MURALLA PÚNICA, etc.

 Yacimientos arqueológicos a espuertas, como ANFITEATRO, AGUSTEUM, CASA DE LA FORTUNA, CASA DE SALVIUS, DECUMANO, etc.

 Con cuatro castillos en los montes que rodean su magnifico puerto natural, (ATALAYA, GALERAS, SAN JULIAN, DE LOS MOROS) y en su interior otro, que no solo fue castillo, sino también doble alcazaba musulmana, situado en la colina más alta de las cinco que conforman su perímetro histórico urbano. (CONCEPCION)


 
Murallas: PUNICA, ROMANA, BIZANTINA, MUSULMANA, DEL DEAN, DE ANTONELLI, DE POSSI, DE CARLOS III, De todas las civilizaciones que han pasado por esta tierra en tres mil años de historia.

 Fortalezas militares de defensa, que en su día fueron inexpugnables.  Y a intramuros: ARSENAL, HOSPITAL DE MARINA, CUARTEL DE PRESIDIARIOS Y ESCLAVOS, ESCUELA DE GUARDIAMARINAS, CUARTEL DE ANTIGUONES, PARQUE DE ARTILLERIA, PABELLON DE AUTOPSIAS, etc.

 Preciosos palacios modernistas como: CERVANTES, CASINO, LLAGOSTERA, GRAN HOTEL, PALACIO PEDREÑO, CASA MAESTRE, PALACIO AGUIRRE, CASA DORDA, ZAPATA, etc. etc.


 En sus vías principales, nos hacen echar un vistazo a las alturas cuando paseamos por sus calles. Y muchísimas otras cosas, que ahora mismo serían imposibles de describir.

¿Cómo no poner a viajar en el tiempo a un personaje, que nos describe todas estas maravillas? Por esta razón fue que me decidí a escribir esta historia y he aprovechado ciertos conocimientos adquiridos a lo largo de toda mi vida, sobre esta gran ciudad, para en estos 33 capítulos, relataros o descubriros mediante las aventuras y desventuras de mi personaje, los acontecimientos de las etapas históricas más importantes, o que más me importan a mí. No puedo evitarlo…, soy una romántica empedernida y si además, a la historia le añades un poco de ficción, pues te queda una aventura redonda.

 

 He tratado de que esta historia, resultara amena de leer para las personas interesadas en el tema cartagenero-histórico, que sé son muchas. Resulta mucho más agradable que te lo cuenten de esta forma sencilla, porque en realidad parece que eres tú mismo el que esta viajando por los tres mil años de historia, por los tres mil años de tesoros escondidos. Y creo… que aún  quedan muchos  por descubrir. El tiempo lo dirá.

Aquellos que hayan leído estos 33 capítulos, sabrán cual es el fin de esta aventura, pero no solo eso, sino que además, en los detalles que parecen carecer de importancia, es de donde más se aprende.


 Y a los que no la han leído, o solamente algún capítulo suelto, les animo a empezar por el principio y así completar toda la historia de nuestro viajero o soñador.

 De todos los personajes que integran esta aventura, la mayoría son realmente históricos,  que existieron en sus épocas… Otros, los menos, son pura ficción.

 No esperéis, quienes os acerquéis  por primera vez a este blog, a una escritora de gran pluma, ni mucho menos. Yo solo “cuento cosas” que espero nos entretengan y nos distraigan de la realidad rutinaria, a la que a veces nos cuesta enfrentarnos.

 

sábado, 8 de febrero de 2025

ORQUESTA SINFÓNICA DE CARTAGENA

   

    El pasado jueves 6 de Febrero, la Orquesta Sinfónica de Cartagena, deleitó a todos los presentes en el Auditorio El Batel de nuestra ciudad. 
 
    Un lujo, un verdadero lujo ver y escuchar como todos los músicos de este magnífica orquesta que tenemos en Cartagena hicieron sonar sus instrumentos con una perfección impecable, que a nuestros oídos sonaban a gloria. 
 
    Y es que la música nos eleva de la realidad cotidiana, al celestial mundo de los dioses, que dirían los antiguos romanos. 
 
    Violines, violas, violonchelos, contrabajos, flautas, oboes, clarinetes, fagotes, saxofones, trompas, trompetas, trombones, tubas, timbales y percusión. Todos interpretando su correspondiente partitura de cada pieza musical, según el programa del evento.
Y como es natural y obligatorio, un director. Un director que como en todas las cosas de la vida hace que todo funcione como debe ser. 
 
    ¡Y vaya si funcionó! El programa, maravilloso. En la primera parte, Maurice Ravel y Amadeus Mozart, con la interpretación exquisita de un virtuoso del oboe: Javier Ayala Romero
 
    En la segunda parte, más piezas de Ravel, con el colofón del famoso y único “Bolero de Ravel”. Todo el auditorio vibró al compás de ese “crescendo” de la intensidad de la música, uniéndose en una repetición “hipnótica”, más y más instrumentos hasta incluir a toda la orquesta. Solo se me ocurre decir… ¡Fantástico! 
 
     Como propina de este “Concierto Extraordinario”, que además celebraba el Centenario del Conservatorio de música de Cartagena y el 150 aniversario del nacimiento de Ravel, el excelente director de esta orquesta, Leonardo Martínez Cayuelas, nos obsequió con una preciosa “propina”, música de Manuel de Falla: Jota final de “El Sombrero de tres picos”. 
 
    Magia pura en El Batel. Porque… ¿Qué es la música si no magia en manos de unos excepcionales músicos? Interpretes de esas partituras, que con sus respectivos instrumentos, nos hacen a todos soñar, y su director aunando en perfecta armonía todos los sonidos. ¡Magia!..., pura magia para nuestros oídos. 
 
 

 

lunes, 30 de diciembre de 2024

 En este año que acaba, me decido a escribir una nueva entrada en mi blog, tan solo para desear a todos mis amig@ que el nuevo año que comienza, colme a todos de salud, felicidad, y buenos ingresos, que si el dinero no da la felicidad, ayuda mucho a conseguirla.

En especial quiero felicitar el 2025 a dos jóvenes amigos. Ted y Francesco. Deseándoles a ambos que en este año consigan todos sus sueños y sean muy felices con sus familias y respectivas parejas. Besos! 

"FORTUNA PROPITIA"

Agueda.

jueves, 20 de mayo de 2021

EL CASTILLO (Siglo XIII Cartagena)

 

    
 


Las brumas de la noche, ascendían  lentamente hacia el castillo más alto de toda la ciudad. Sobre las oscuras aguas del puerto, se deslizaba esa espesa nube, trepando por la colina y ocultando a la vista, las altas torres. Cada vez, la neblina surgía más espesa, y poco a poco cubrió completamente la cima del monte de la Concepción, donde se encontraba la fortaleza y las construcciones aledañas del servicio del propio castillo. Cualquiera que observara esta visión, podría decir que aquello, era una señal fantasmagórica. Quizás, algún espíritu atormentado de entre esos muros, estuviera propiciando esa inexplicable y densa niebla. Eso  pensarían los habitantes de las pequeñas casuchas, que en la falda de la colina, poblaban la reducida urbe.

Entre esos míseros pobladores de la ladera norte del cerro, existía la creencia ancestral de que las noches en que se producía ese fenómeno de la espesa niebla, boria…, lo llamaban ellos, ocurrían cosas muy raras en el interior del castillo. Hablaban de sonidos  extraños, ruidos que venían de las mazmorras de la fortaleza. Teniendo en cuenta que aquel castillo había sido antes alcazaba de los moros, las gentes del pueblo, podían imaginar cualquier cosa sobrenatural. Esas noches de niebla, se habían escuchado gritos terroríficos, al menos eso contaban ellos, en alguna de las torres del castillo y que se podían escuchar en toda la villa.

 


Ese desagradable sonido, hacía presagiar algo nefasto. Siempre que esto ocurría, al día siguiente se daban cuenta de que había desaparecido algún joven de la villa.

Otras veces, aparecían los campos destrozados, o desaparecida parte de las provisiones de las reservas de la población. Esa noche no se había escuchado, pese a la densa niebla que ascendía por la ladera sur desde el mar, ningún grito, ni golpes entrecruzados de metales, así que los pobladores de ese barrio,  respiraban con cierta tranquilidad.


 Manuel, no obstante, se había preparado para cualquier percance que pudiera  ocurrir, y tenía a mano una vieja espada que había heredado de su padre. Dormía con un ojo abierto, pues era el único varón que vivía en esa casucha que se apoyaba sobre la muralla de la fortaleza, donde además residían su madre y su hermana. Su madre, había enviudado demasiado joven, recién nacida su hermana Lucinda, cuando él tenía 8 años. Ella se había encargado de mantenerlos y criarlos a los dos hasta que aquel niño, se hizo mayor y pudo comenzar a llevar alguna moneda a casa, merced a hacer pequeños trabajos a los vecinos, recados, ayudarles en cualquier trabajo manual y más por pena que por otra cosa, le daban una moneda de poco valor o un trozo de pan, que el chico devoraba con avidez pues en su hogar lo que más había era escasez, necesidad y penuria. 


En ese duermevela en el que se encontraba, entre el temor a lo inesperado y la confianza en que no sucediera nada, su pensamiento retrocedió a cuando vivía su padre, cuando cada día, la olla se llenaba con algunas legumbres u hortalizas y de vez en cuando un trozo de tocino e incluso alguna vez, de Pascuas a Ramos, un trozo de cordero, cuando llegaban los ganados de la Mesta (1) y los ganaderos mataban algún cordero en la zona comunal, de la que su padre era el representante del concejo, pero esos tiempos habían pasado y desde que murió su padre se había acrecentado el temor a estos fenómenos tan extraños.

 

El rey Alfonso,  por esos días, había decidido pasar  un tiempo en la ciudad y se alojaba en el mismo castillo reconstruido por él a partir de la base de la antigua alcazaba mora. Sus aposentos eran austeros, pero se sentía a gusto entre esos muros del último reducto conquistado a los musulmanes para Castilla por las tierras de levante y su mayor interés, era vigilar de cerca la construcción del nuevo Monasterio-Catedral de Santa María, y restituir su antiguo obispado. Poner en marcha la “Orden de La Estrella” para “Fechos allende mar”, era otro gran reto para el monarca. No podía evitar sentir una atracción especial por la urbe que en otros siglos había sido una de las más importantes en Hispania, para el Imperio Romano. Admiraba a esa ciudad que fue, y que ahora, reducido su tamaño, más bien se le podía llamar villa,  aunque siempre sería “la ciudad”.



Cargada de tanta historia, consideraba que era la inspiración perfecta para sus futuras intenciones políticas, y es que, el mismo Alfonso, al ser hijo de Beatriz de Suabia, (2) aspiraba con gran ilusión, a ser el emperador del Sacro Imperio Romano- Germánico, heredero de aquel otro gran Imperio Romano. 

 Aquellos proyectos del monarca, fueron una bendición para Manuel, que faltando manos en los trabajos de cantería en la villa, le habían llamado para trabajar en la construcción de la catedral y también, podría hacer algunos trabajos que restaban por terminar en el castillo, sobre todo en la reforma de las torres cristianas, más altas que las de la antigua alcazaba. Esto, supondría  un gran  alivio para las necesidades más perentorias de su casa y su familia.

Pero aquellas nieblas inesperadas, que vez en cuando invadían toda la población, aún le preocupaban, sobre todo desde la inexplicable desaparición de su mejor amigo, Ginés.

 

Continuara…

 

 

 

 

 

 (1) La Mesta. El Concejo de la Mesta, fue creado por Alfonso X el Sabio para los pastores y ganaderos, otorgándoles privilegios y derechos de paso. Fue uno de los gremios más importantes de Europa en la Edad Media.

 

(2) Beatriz de Suabia, casada con Fernando III el Santo, rey de Castilla y de León, madre de Alfonso X el Sabio, hermana de la emperatriz del Sacro Imperio Romano-Germánico y nieta de un emperador Bizantino del siglo XIII.

 

jueves, 13 de mayo de 2021

¿SOMOS FANTASMAS?

 


La noche caía ya sobre la plaza del Ayuntamiento. El Teatro Romano y su museo, acababan de cerrar sus puertas al público en general. Solo algunos guardias de seguridad, recorrían y vigilaban las salas del museo, y  de vez en cuando se asomaban al exterior desde donde se podían ver todas las gradas y el escenario del Teatro.

Después de la primera ronda, descansaban en las habitaciones destinadas para ellos, con cámaras de seguridad, y donde podían echar algún que otro sueñecillo, por turnos, mientras otros observaban las imágenes de esas cámaras.

 

Una puerta de uno de los ascensores, se abre… sola, no hay nadie en su interior. Las escaleras mecánicas están paradas y en el silencio de la noche se escucha perfectamente el ruido que hace la puerta del ascensor al deslizarse mientras se abre. Hay más ascensores, entre los tres pisos que son necesarios subir hasta llegar al pasillo que recorre todos los cimientos de la Catedral de Santa María, y que precisamente, une el museo con el teatro propiamente dicho. Esas ruinas de la catedral están justamente situadas sobre el antiguo yacimiento arqueológico.

Uno de los guardias se acerca a investigar como es que, se ha abierto sola la puerta del ascensor.

-Aquí no hay nadie, será un mal contacto eléctrico- comunica por su transmisor portátil a sus compañeros- De todas formas voy a mirar en el pasadizo de la Catedral.

 

Lo que ven sus ojos le deja paralizado… dos figuras, un hombre y una mujer, vestidos con ropajes romanos y cogidos de la mano, van andando en dirección a la zona del mosaico de la Catedral. No les ve las caras, pues le van dando la espalda,  como si él no estuviera.

Sale corriendo hasta donde están sus compañeros…

-¡Fantasmas! ¡Muchachos, tenemos fantasmas en el museo!

-¡Anda ya! Te lo estas inventando, y esas bromas no nos gustan a estas horas de la noche.

-¡Venir a verlo!, van cogidos de la mano, paseando como si tal cosa.

                         ............... ...........

 

-Genesius, ¿Como hemos llegado hasta aquí? ¿Acaso estamos muertos? 

-No Lucía, no estamos muertos, eso creen ellos, que sí están muertos, pero de miedo. Quiero que conozcas lo que yo conocí antes de volver a tu ciudad romana contigo. He descubierto la manera de poder viajar juntos en el tiempo y poder volver a nuestra casa.

- ¿Pero de verdad no somos fantasmas volviendo a nuestros antiguos dominios? Tengo miedo Genesius, ¡volvamos a casa!

 

-¿No quieres ver el mosaico de la estrella del triclinium de tu antigua domus? ¿O ver como está ahora el teatro?

-¿Y como vamos a volver?

- No te preocupes, en cuanto salgamos por uno de los aditus del teatro, cogidos de la mano, estaremos otra vez en nuestra ciudad.

-¿Estas seguro?

- Si, estoy segurísimo, ya lo he probado otras veces, sin decirte nada. Solo existe una condición indispensable… que esto ocurra durante la noche y el regreso antes del alba… y no somos fantasmas. Si nos pillara la luz del día fuera de nuestra ciudad, no podríamos regresar en muchísimo tiempo y vagaríamos de siglo en siglo, como a mi me pasó en el pasado. Solo de noche podemos hacer esto… ¡como los fantasmas!

 

Quiero que poco a poco vayas viendo a todas las personas que yo conocí y puedas contemplar  los lugares en los que ya estuve.

-Como quieras, pero por hoy regresemos a casa con nuestros hijos.

 

Y así sucedió, la primera vez que fuimos vistos… “los fantasmas de los yacimientos de Cartagena”

 

 

domingo, 30 de diciembre de 2018

EL CAMINO MAS CORTO


Plano de Julian Saez 1912 Cartagena Molinete
La mañana había comenzado con un cielo gris amenazando lluvia y efectivamente camino al restaurante, las diminutas gotas de la incipiente llovizna se convirtieron en presurosos goterones, cuyo sonido sobre mi paraguas hicieron que apretara el paso. No era mucha la distancia que me separaba de mi destino, la celebración de la comida navideña de nuestro grupo tertuliano, pero quería reducir lo antes posible esos metros de adoquines resbaladizos, que auguraban un buen patinazo con consecuencias desastrosas.

La Morería Baja, estaba desierta, pero era el camino más corto hasta el punto de reunión.
Quizás fue el tiempo transcurrido desde que pasé la última vez por esta calle, lo que me hizo repasar con la mirada todo ese margen izquierdo, por donde desciende la ladera oriental de la colina del Molinete. ¡Cuanta historia! La historia acaecida durante siglos y siglos en este cerro cartagenero y cuantos recuerdos cuando esta calle era de las más transitadas del centro de la ciudad, para atajar camino entre la calle de San Fernando y Las Puertas de Murcia.

“El Molinete”, tan habitado antaño, tan palaciego quizás en tiempos de Asdrubal y Anibal, tan visitado también por quienes buscaban placeres más mundanos, tan prohibido a las “niñas” decentes y tan situado en pleno corazón de la urbe.

Como es posible que en el corto espacio de tiempo que duró mi travesía por esta calle, mi mente pudiera evocar tantas y tantas historias e historietas oídas y aprendidas a lo largo de toda mi vida.


La calle de La Morería Baja, (según Federico Casal, 1930) pertenece al tercer distrito, séptimo cuartel y Parroquia de Nuestra Señora del Carmen. Entrase a esta calle por el callejón de Juan Bautista Álvarez (ya no existe el saliente de la manzana de viviendas que daba lugar al callejón) y tiene la salida por la calle San Fernando. Desembocan en ella, por la derecha el callejón de la Tahona (que forma esquina con el local donde se realizó la comida navideña)  y Subida a la Morería Alta (ya no existe) y por la izquierda la calleja de San Antonio y la de Cantarerías (todavía existen)

Esta calle de la que hablamos situada a extramuros de la ciudad en aquel tiempo, fue el paraje a viviendas de moriscos, míseras casuchas de piso bajo en las que solo de día hacían la vida ordinaria, porque de noche la justicia les hacía pernoctar dentro de los muros para evitar que a tales horas, fuesen a las costas a ponerse en comunicación con los piratas de Berbería que tenían en continua alarma a la ciudad. De tales vecinos tomó aquel lugar nombre de Morería.

De vez en cuando, el Concejo concedía sitios para edificar en aquel paraje y en 1592 se hizo al regidor Don Pedro Márquez de Rueda, cesión de un solar situado en la Morería, en el callejón estrecho donde estaban las mancebías.

Después de la expulsión de los berberiscos (1610) la Morería quedo casi deshabitada, pero no tardaron mucho en tener aquellas viviendas moradores moriscos que lograron escapar de la expulsión

A principios del siglo XVIII empezó la urbanización de esta calle, en la que se construyeron muchos edificios pero que no estuvo completa hasta mediados de la centuria  en que quedo unida a la de San Fernando”.

Todas esas calles que antes ocupaban completamente la extensión del cerro del Molinete, han desaparecido, ocupando su lugar el Parque Arqueológico y el Barrio del Foro, yacimientos importantísimos de la Cartagena Romana.

Esas calles, de nombres tan variopintos como… San Cristóbal, San Esteban, de La Cruz, del Paraíso, de San Pedro, de Jesús y María, de la Aurora, de las Doncellas, Tronera, de Los Mudos, de la Pólvora, de Los Gatos, del Pescado, Escaleras, Catalanes, Falsacapa, de La Torre, Borregueros, del Pocíco…

… Al final llegué a mi destino, sin dar un solo resbalón por la calle mojada, pero recordando que todo ese terreno ahora “vacío”, fue en un tiempo “cuna” de la mas añeja historia de Cartagena.

Plano de Jose de Exea de Cartagena 1887 (Zona Molinete) 




lunes, 19 de noviembre de 2018

LAS MVSAS



imagen de la exposicion
LAS MVSAS  de la  poesía...
 Calíope y Terpsícore

Una exposición del  MAN, en Madrid ofrece una muestra de estas pinturas pertenecientes al  Parque Arqueológico del Molinete  de Cartagena, antigua Carthago Nova, y cuya ubicación se sitúa en el Edificio del Atrio.
Estas pinturas serían del siglo I y realizadas por artistas de Italia de la zona del Vesubio. Sin embargo fueron halladas en este edificio del siglo III (218) al que fueron trasladadas desde su posición original, como una antigüedad de la época.
En la mitología griega y romana las musas eran las  inspiradoras de las artes, nueve en total, pero en este caso que nos ocupa hablamos de las pinturas que representan a Calíope y Terpsícore, inspiradoras de los poetas.

 De quien no pasaron las musas, fue de Juan Giménez Martín, pintor del siglo XIX, que acudió a Italia a inspirarse en las antigüedades de Pompeya y Herculano para su cuadro “Tocador de una dama romana”, al gusto del XIX, cuando los objetos del arte antiguo estaban muy demandados en las casas de los ricos. ¿De que hablo? Pues sencillamente de otra exposición que hasta hace poco se realizó también en el Museo Arqueológico Nacional, y es que no hay nada como ir de Museos, donde las “Musas” están tan presentes. La exposición era sobre “Tesoros Eléctricos”. Mas adelante explicaré que es esto.

En el centro de la exposición, este cuadro de Giménez Martín, cedido exclusivamente para esta muestra por el Prado, aunque su ubicación actual es en un despacho del Congreso, ocupaba un espacio importante.
En esta pintura, el pintor refleja fielmente todos esos objetos de la época imperial. Todo lo necesario para la “toilettes” de una dama romana. El cuadro presenta una escena muy sugerente de la habitación y las sirvientas que ayudan a su señora a estar más bella.

Allí, delante de esta pintura, me había quedado detenida en el tiempo. No tenía  palabras, solo eran sensaciones. La belleza de los colores, las formas, toda la escena… las “musas” me habían atrapado totalmente. No se cuanto tiempo pasó hasta que me alejé del cuadro. ¿Sería la luz…el silencio…? Indudablemente al haber poco público, la paz reinante, la penumbra, destacaba la perfección del cuadro, iluminado acertadamente para destacar en el entorno. Pude observar cada detalle en toda su belleza, y  pensé…Solo un ángel podría pintar así, con pinceles sutiles, con colores perfectos, con la luz necesaria, ni más, ni menos. Aquella obra de arte, me extasió. Alrededor de él,  los objetos del “tesoro” antiguo, facsímiles de los auténticos, eran el marco perfecto para  esta obra de arte. Se suponía que era el cuadro el que adornaba la exposición, pero para mí, era justo al revés, ¡la pintura era el centro de todo!

Y finalizo por hoy, pues como dice una canción de Juan Manuel Serrat… Hoy las Musas han pasado de mí… Estarán de vacaciones… Así que tomo un descanso hasta que Calíope y Terpsícore, me devuelvan la inspiración,  pero… ¡continuara!